Libros de Nagala Yunciel
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❤️ Biografía de Nagala Yunciel
Nagala Yunciel (seudónimo de la autora y periodista) ha publicado otras obras, todas en el género fantástico, así como varios relatos cortos.
"Yla-bá". Historias en las que la magia es una aliada, historias sobre la amistad, el amor, el odio, seres humanos, extraordinarios y también de otro mundo, con personajes de los que todos los lectores pueden enamorarse fácilmente.
"Un orden peligroso". Un extraño juego para encontrar la pareja ideal cae en manos de Sula. Le sigue el juego porque cree que puede ser divertido. Pero cuando se hace realidad, no puede renunciar a ella y paga un alto precio.
"La extraña vida de Elora Algay". En el siglo XXVI, hace unas generaciones, un agujero de gusano reveló todos sus secretos. Era una puerta a otro mundo. En aquella época, el planeta ya había sido colonizado debido a la limitación de recursos y a la superpoblación. Era un negocio muy lucrativo, tan lucrativo como el propio espacio, con la perspectiva de beneficios ilimitados. Fue casi un regalo del cielo.
Pero si la gente pudiera viajar con ella, si pudiera ir a otros lugares, podrían llegar cosas inesperadas desde allí. Y eso es lo que ocurrió. ¿Qué era lo que habitaba en la madre de Elora, la doctora Deba Argay, algo inexplicable, algo abominable, por qué la gente desaparecía de su entorno?.
'Si no eres feliz, las criaturas vendrán por ti'. Celeste desapareció una noche de verano, en el día más feliz de su vida. En un abrir y cerrar de ojos, se encuentra en un lugar llamado Sarandem, al que han llegado 300 habitantes que también están pasando el momento más feliz de sus vidas.
No estás en ningún país, no estás en el limbo, no has sido secuestrado por nadie. No estás soñando, no estás muerto. Asimila lo más rápido que puedas. Has llegado a un lugar extraño donde no hay salida y donde no ser feliz significa la muerte.
Entonces los asimila y se encuentra en algún lugar del universo, en algún lugar tan antiguo como la humanidad, en un pequeño mundo donde ningún humano nace y ningún humano muere. La entidad Samael dejará que existan mientras le aporten felicidad. Para eso están. Siempre ha sido así, desde la época de los primeros anacoretas.
https://nagalayunciel.com/
Tolkien, Bradbury, Asimov, Starobine, Louis Safon.... Y me encanta la novela negra y muchos otros tipos de historias, la fantasía, la ciencia ficción y cualquier cosa que despierte la imaginación de una manera que no sea común.
Cualquier historia que no tenga que pertenecer necesariamente al género fantástico, siempre que me sorprenda y esté bien escrita.
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Sula culpaba a la casualidad y al destino de haber arruinado su vida. Desencantada con su última pareja, se involucró en un juego que le ofrecía la oportunidad de elegir al compañero perfecto. Al principio, todo parecía cumplir con sus expectativas, vivía en un constante asombro y felicidad, como si estuviera en una nube de la que no quería descender.
Sin embargo, esa dicha empezó a desmoronarse cuando el hombre perfecto ya no le parecía tan perfecto. Y lo peor era que estaba ligada a él de por vida, así eran las reglas de ese sombrío juego. No podía reclamar, ni devolverlo, ni alejarse de él, porque el castigo era inimaginable. Descubrió que no era la única atrapada en esa trampa, y que existía un grupo de resistencia.
Nunca se habría imaginado ser capaz de lo que hizo para liberarse de esa situación, arriesgando su vida o incluso terminar convirtiéndose en uno de ellos, ¿personas recicladas?
A veces me preguntaba cuántas parejas estarían en nuestra misma situación.
–No muchas, te lo aseguro –decía Rober–, porque se trata de una mercancía difícil de obtener, no es como hacer palomitas, o bollos, o diseñar un traje de novia… pero no puedo hablarte de ello, lo tenemos totalmente prohibido.
–Pues verá, le di la última fotografía de mi hijo y la introdujo en un programa para ver cómo se vería de adulto…
Casi me asustaba lo que imaginaba que iba a responder. Seguí en silencio.
–… y resultó que es casi idéntico al doctor Rober Fermosel.
Me observó para ver mi reacción.
–Vaya –Respondí con sorpresa–. No sé qué decir.
–Perdóneme, pero me aferraría a un clavo ardiendo para saber qué fue lo que ocurrió y si sigue vivo.
Puede que llegue un momento en el que los humanos no se diferencien por su personalidad, ideas, gustos, incluso defectos, sino por cómo los eligen o los crean esos poderosos, esos que quieren ser dioses y que tal vez lo logren.
Durante dos generaciones, los agujeros de gusano han desvelado todos sus misterios, revelándose como portales hacia otros mundos. En el siglo XXVI, la colonización de planetas estaba en pleno auge, impulsada por la necesidad de buscar nuevos recursos y aliviar la superpoblación terrestre. Los beneficios parecían infinitos en este vasto universo, convirtiendo la exploración espacial en un lucrativo negocio. Sin embargo, este juego de seres humanos como dioses llevaba consigo riesgos imprevistos.
Si bien los agujeros de gusano ofrecían la posibilidad de viajar a través de ellos, también representaban una puerta abierta a lo inesperado. Y así fue como ocurrió. Algo siniestro se apoderó de la doctora Dheba Argay, madre de Elora, desatando un fenómeno inexplicable y abominable que hacía desvanecer a las personas en cuestión de segundos. Este evento marcó un punto de inflexión en la vida de Elora, quien se vio atrapada sin saberlo entre realidades paralelas.
En una de ellas anhelaba vivir en un mundo feliz junto a Emure, mientras que en otra buscaba desesperadamente a su madre en busca de respuestas. Sin embargo, no estaba sola en esta búsqueda, ya que el comisario Labat la perseguía incansablemente a través del tiempo. Pero conforme Elora descubra la verdadera naturaleza de su madre, todo cambiará irremediablemente.
Esta historia de fantasía y ciencia ficción podría muy bien ser una realidad en el siglo XXVI, una de las muchas posibilidades que existen al imaginar otros mundos y nuestra relación con ellos en el momento adecuado.
En una cálida noche de verano, Celeste desapareció repentinamente en medio de la felicidad que rodeaba uno de los días más radiantes de su existencia. Un escalofrío helado la envolvió, haciéndola sentir como un insecto atrapado entre dedos. En un abrir y cerrar de ojos, se encontró en un lugar desconocido llamado Salandem, poblado por apenas trescientos habitantes que, al igual que ella, habían llegado misteriosamente a este rincón del universo.
La bienvenida no fue precisamente reconfortante. Isolda, una joven residente de Salandem, le explicó que aquel no era ningún país conocido, ni siquiera el limbo. Nadie los había secuestrado, tampoco estaban inmersos en un sueño o en la muerte. Celeste debía asimilar cuanto antes su situación: había llegado a un lugar extraño del cual no se podía salir, donde la falta de felicidad representaba un riesgo mortal.
El misterioso Ente Samael era la figura que regía este extraño lugar, permitiendo la existencia de sus habitantes siempre y cuando le proporcionaran su dosis de felicidad. Este sentimiento humano era particularmente atractivo para el Ente, como la miel para un insecto. La razón de su presencia en Salandem era clara: estaban ahí para alimentar al Ente con su felicidad cuando él lo exigiera. Desde tiempos inmemoriales, desde los días de los primeros ermitaños, este pacto se mantenía. La evolución de Salandem seguía el curso de la humanidad, al menos así lo creían.
Sin embargo, ser feliz en este extraño mundo resultaba una tarea ardua, especialmente bajo las condiciones en las que habían sido arrancados de sus vidas. Para mantener su felicidad, necesitaban recurrir a ciertas plantas y drogas cada vez más potentes.
En Salandem, la desaparición de alguien era inmediatamente suplida por otro individuo. Aunque vivían como si cada día fuese el último, aún existía espacio para otros sentimientos, como el amor, pero también el odio y la discordia. El Ente Samael persistía, insaciable, a menos que alguien descubriera cómo poner fin a su reinado. Sin embargo, ¿cómo derrotar algo cuya naturaleza y ubicación eran desconocidas? Quizás la respuesta residiera en las vidas secretas de los habitantes, en aquel oscuro pasado que todos ocultaban.
Entre estas vidas secretas, se hallaban historias desgarradoras como la de la pequeña Kayla, que sufría hambre y maltrato, siendo tratada como una mascota por los habitantes de Salandem. O como la de Violeta Graven, quien llevaba dos años en soledad en este lugar, encontrando en él un refugio de paz y redención, lejos de una vida miserable.
Las preguntas persistían. ¿Qué hacían en Salandem? ¿Qué era lo que el Ente Samael buscaba en ellos? Las respuestas, envueltas en misterio, aguardaban ser descubiertas en los rincones más oscuros de este peculiar mundo.
Yla-bá es una joven Shoali dotada de habilidades que aún no ha descubierto por completo. Su Dios, Dalem-Gun, ha bendecido a su pueblo con prosperidad y ausencia de enfermedades. Sin embargo, como contrapartida, a las mujeres marcadas como Yla no se les permite abandonar el territorio. A pesar de esto, Yla anhela volar y emprender un viaje en busca de su madre, quien fue raptada por el pueblo más beligerante conocido, gobernado por la Gran Soberana Negure.
En su travesía, Yla descubre partes de sus dones latentes, entra en contacto con seres a los que se siente conectada y comprende que su abuela Ellora, a quien todos consideran una Maga, tenía razón al alentarla a creer en sus sueños. Pronto, se encuentra con Liaban, el joven que ya había conquistado su corazón en sus sueños.
Esta es una historia de fantasía, magia, aventura y amor, situada en un pequeño planeta al que un grupo de humanos fue llevado por los Nashira para salvarlo, al igual que a otras especies, de la amenaza de un agujero negro que lo consumía todo. Sin embargo, los tres tripulantes que llevaron a estos humanos aprovecharon sus debilidades y falsas creencias en su propio beneficio. Lograron ser vistos como dioses en ocasiones, como demonios en otras, e incluso como ángeles, hadas y seres del inframundo, siempre mostrando un desprecio extremo hacia la especie humana.
Ellora conoce la verdad sobre el origen de la Tierra de las tres lunas y ha trazado su propio plan para derrotar a Baragon, el falso sacerdote, y a los otros dos tripulantes. Sin embargo, no anticiparon que algunos humanos, como Yla-bá, están cada vez más imbuidos de la esencia de los Nashira, una especie altamente evolucionada, mientras que los tripulantes están cada vez más cercanos a ser completamente humanos.
Desde tiempos remotos, la Tierra ha sido el epicentro de una exquisita pero monótona gama de sabores. La culinaria había alcanzado su cúspide, dificultando la búsqueda de nuevas sensaciones. Fue así como los Kalomei, hace milenios, dirigieron sus expediciones hacia otros mundos en busca de alternativas gastronómicas. Lo que descubrieron superó todas sus expectativas.
Elek Kalomei se vio inmerso en este fascinante viaje en su primera expedición. Encontró una materia inexplicable, capaz de transformarse en textura y color. El anciano Kalomei probó este hallazgo y se vio envuelto en una experiencia sensorial única: sabores desconocidos y exquisitos, colores y sonidos nunca antes imaginados, y sobre todo, una inundación de sentimientos de armonía, amor y felicidad. "Parece que hemos descubierto el elixir del placer de los sentidos", exclamó. Y así nació "Iris". Estas fueron las últimas palabras que Elek escuchó antes de probar la sustancia. Cuando despertó, el anciano Kalomei había desaparecido.
Elek se convirtió en el único testigo de este misterioso fenómeno. Sin embargo, la poderosa Ananta Kalomei se apoderó de esta sustancia y comenzó a experimentar con ella, provocando tanto muerte como vida. Finalmente, una niña nació llevando consigo la esencia de Iris en sus genes. Con el descubrimiento de Iris, todos desean poseerla, creyendo que les otorgará poderes superiores incluso a los de los dioses.