Adentrarse en las páginas de No es lo que parece, la nueva obra de M. J. Fernández, es como abrir una caja de secretos donde cada pieza encaja con un propósito inesperado. Este libro, aclamado por su sinopsis intrigante, promete una combinación de thriller psicológico con un toque de drama familiar. Siendo un amante de las historias que retuercen las expectativas, decidí leer esta novela para ver si realmente podía estar a la altura de su premisa. Tras finalizarla, tengo emociones encontradas, y aquí os comparto mis impresiones, desgranando sus luces y sombras.
Puntos positivos:
Uno de los aspectos más destacados de No es lo que parece es, sin duda, su habilidad para atrapar al lector desde el primer capítulo. Fernández sabe cómo construir un inicio que genera intriga. En pocas páginas, plantea un misterio que exige nuestra atención: un suceso inexplicable que conecta a los personajes principales de maneras sutiles y, a veces, dolorosamente humanas. Me fascinó cómo la autora utiliza el lenguaje para tejer un entramado de dudas. Cada frase parece cargada de intenciones ocultas, y el lector no puede evitar leer entre líneas.
Los personajes, aunque no todos igual de desarrollados, cuentan con matices interesantes. El protagonista, cuya identidad mantendré en el misterio para evitar spoilers, es alguien que evoluciona de manera palpable. Sus conflictos internos, entre lo que cree ser y lo que los demás esperan de él, están muy bien logrados. Además, Fernández sabe retratar los silencios y tensiones de las relaciones humanas, en especial las familiares. En muchos momentos, me encontré reflexionando sobre cómo el pasado y las decisiones no resueltas afectan el presente, tanto para los personajes como para nosotros mismos.
El ritmo del libro merece una mención especial. La autora dosifica la información de forma que siempre estamos queriendo saber más, pero sin que el suspense se vuelva frustrante. Cada capítulo termina con la dosis justa de misterio, manteniendo la atención del lector sin recurrir a artificios innecesarios.
Por último, el giro final es impresionante. Aunque algunos puedan intuir parte de lo que se avecina, Fernández logra sorprender incluso a los más perspicaces. Lo que en un principio parecía una historia lineal acaba revelándose como una compleja red de mentiras, verdades a medias y secretos bien guardados.
Puntos negativos:
Sin embargo, no todo en No es lo que parece funciona tan bien como podría. Si bien el misterio principal es intrigante, en ciertos momentos me pareció que la historia se enreda en subtramas que aportan poco a la narrativa central. Hay capítulos que se sienten como un intento de alargar la trama, en lugar de enriquecerla.
También encontré que algunos personajes secundarios carecen de profundidad. Si bien el protagonista está bien construido, otros parecen existir solo para cumplir una función en la historia, sin aportar una voz propia. Esto puede hacer que ciertas interacciones resulten predecibles o carentes de impacto emocional.
El estilo de escritura, aunque efectivo en general, puede resultar un tanto recargado en algunas partes. Fernández tiende a abusar de descripciones y metáforas que, si bien son bonitas, a veces ralentizan la lectura. En una novela que depende tanto del suspense, estos momentos de prosa densa pueden romper el ritmo y sacar al lector de la experiencia.
Otro aspecto que merece crítica es el desarrollo del clímax. Aunque el giro final es impactante, la resolución se siente un poco apresurada. Después de haber construido una trama tan compleja, esperaba que la conclusión tuviera un poco más de espacio para desarrollarse, en lugar de resolverse en apenas unas páginas.
No es lo que parece es una novela que logra intrigar y sorprender, pero que no está exenta de defectos. La pluma de M. J. Fernández es prometedora, y tiene momentos de auténtico brillo, aunque en ciertos aspectos todavía podría afinarse. Si sois amantes de los thrillers psicológicos y disfrutáis de los giros narrativos, este libro seguramente os atrapará. Sin embargo, si buscáis una historia completamente redonda, tal vez algunas de las inconsistencias os dejen con ganas de más.
En definitiva, esta obra cumple con el propósito de entretener y dejar al lector reflexionando, aunque no alcanza el nivel de excelencia que promete su premisa. ¿La recomendaría? Sí, pero con matices. Vale la pena adentrarse en sus páginas para descubrir por vosotros mismos si las sorpresas que guarda son suficientes para compensar sus debilidades.
Ahora os cedo la palabra a vosotros, fieles compañeros de este foro literario. ¿Habéis leído No es lo que parece? ¿Qué os ha parecido? ¿Estáis de acuerdo con mi crítica o creéis que he sido demasiado duro? Como siempre, os animo a compartir vuestras opiniones en los comentarios. ¡Estoy deseando leer vuestras impresiones!