'Núremberg' es un efectivo thriller político con un imponente Russell Crowe. Una película que dialoga de forma escalofriante con nuestro presente

Esta noticia ha sido redactada por Roger Casadejús Pérez
Full stack web developer & SEO

PSICOLOGÍA, PODER Y MANIPULACIÓN

Lejos de ser otro repaso solemne a los juicios históricos, la película de James Vanderbilt se adentra en un terreno mucho más íntimo y perturbador: el enfrentamiento psicológico entre Hermann Göring (Russell Crowe), la figura más poderosa del Tercer Reich que vivió para contarlo, y Douglas Kelley (Rami Malek), el psiquiatra estadounidense encargado de descifrar su mente antes de que se enfrentara al tribunal.

El filme reconstruye los cimientos, las tensiones y las grietas del experimento jurídico internacional que surgió tras el colapso del régimen nazi, pero lo hace desde un punto de vista casi clínico, que revela hasta qué punto la banalidad del mal puede resultar seductora, manipuladora y profundamente contemporánea. Y llega en un momento crucial, en que el extremismo vuelve a ganar terreno y el negacionismo erosiona la memoria histórica.

Nazis, odio e insectos gigantes: las 41 mejores películas para comprender el fascismo

Su director construye su historia sobre el juego mental entre Göring -interpretado por un Russell Crowe magnético y siniestro- y Kelley, al que Rami Malek dota de una mezcla de rigor y vulnerabilidad que sostiene el pulso dramático. Las largas conversaciones en la celda, filmadas con una austeridad que potencia la tensión, se convierten en una especie de laboratorio moral donde ambos personajes prueban, se provocan y se miden, revelando no solo la desmesura narcisista de Göring, sino también las dudas del propio psiquiatra ante la posibilidad de que aquellos hombres no fueran monstruos sobrenaturales, sino individuos comunes arrastrados por un sistema criminal.

Paralelamente, la película rescata el complejo nacimiento del tribunal internacional, en un momento en el que los aliados no coincidían en cómo castigar a los responsables del Tercer Reich. Vanderbilt retrata a Robert H. Jackson (Michael Shannon) como la figura que sostuvo la apuesta por un juicio justo en medio de presiones políticas, venganzas encubiertas y una ausencia total de precedentes legales. La película muestra cómo este arquitecto del proceso, junto al fiscal británico David Maxwell-Fyfe, logró convertir un gesto político improvisado en un cimiento duradero del derecho internacional.

UN ESPEJO INCÓMODO

Más allá de su rigor histórico, 'Núremberg' es perturbadora por la claridad con la que dialoga con nuestro presente: con el auge renovado de discursos totalitarios, la relativización del odio y la amnesia colectiva sobre lo que sucede cuando la lógica del exterminio toma el poder. El filme insiste en que el mal no siempre se manifiesta con estridencia, sino que a menudo se esconde detrás de sonrisas calculadas, discursos hábiles y narrativas que suavizan la barbarie hasta hacerla digerible.

Este eco contemporáneo se refuerza a través de un reparto que dota a la historia de una fisicidad y una fragilidad que la sacan del museo y la traen al presente. Vanderbilt no solo reconstruye uno de los episodios judiciales más trascendentes del siglo XX, sino que nos lanza un aviso urgente de que aún estamos a tiempo antes de que la realidad actual deje de ser una rima tan descarada.

📄 Déjanos tus comentarios...

    ¿Hay algún comentario en concreto que nos quieras hacer llegar?.


    Index